JOSÉ BARRO GONZÁLEZ
"O gran emprendedor da Mariña Lucense"
UN POCO DE HISTORIA
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José Barro González nace en Viloalle, Mondoñedo, un lugar de Galicia profundamente rural con una población mayoritariamente analfabeta y mísera, conocido como Casa Blanca, el 13 de febrero de 1873, en el seno de una familia humilde, rodeado de privaciones, atendiendo al ganado y los cultivos.
El joven José se formó desde temprana edad en el comercio elemental y el trabajo duro, aprendiendo de sus padres el interés por los árboles, cuidando tanto los frutales como los bosques. Pero lo que a José le atraía en serio era la mecánica.
Junto a su hermano pasó una temporada en el taller de relojes que un tío suyo tenía en Ferrol, aprendiendo mucho de técnica de precisión.
En la parroquia de Chavín se encontraba una interesante propiedad, cerrada desde hacía años, en la que se encontraban las antiguas instalaciones de Bassols y Compañía, empresa fundada en 1849. José Barro se interesó por esta y junto a su cuñado banquero Ángel Durán, propietario de una fábrica de tejidos en la Coruña, forman una sociedad denominada Barro y Compañía, con un capital de 105.000 pesetas. El 22 de noviembre de 1896 culmina la instalación del generador y los tendidos de conducción eléctrica, inaugurando las primeras iluminaciones eléctricas en Viveiro.
En conversación con su socio Durán le presenta la idea de establecer líneas de automóviles entre Ribadeo y Ferrol por Ortigueira y Viveiro, pero las disposiciones legales no hacían posible este proyecto al pretender sustituir carruajes tirados por caballos por automóviles.
Pero en julio de 1899, solicita información a una de las mejores fábricas, la francesa, De Dion-Bouton. En 1905 adquirió en París su primer automóvil: un De Dion-Bouton 6 HP. Barro se convierte en un entusiasta de los automóviles y una de las primeras cosas que hace es recorrer Galicia con su nueva máquina.
El Barro emprendedor retoma la idea de las líneas regulares en 1907 y funda la empresa Vivero Automóviles del Noroeste, una sociedad regular y colectiva con un capital de 42.500, pesetas distribuido en 85 acciones de 500 pesetas nominales. Se formalizan compras de dos ómnibus de 24 y 30 caballos. En enero de 1908, la sociedad de Baamonde La Carrilana, regida por el Sr. José Vilas, inicia los trámites para la adquisición de tres automóviles De Dion-Bouton, siguiendo el ejemplo de Automóviles del Noroeste. A José Barro le contraría esta noticia. El 7 de mayo después de largas negociaciones se produce la fusión de las empresas La Carrilana y Automóviles del Noroeste, dando lugar a la empresa, La Ferrocarrilana, empezando a operar a principios de julio, con recorridos de Viveiro a Baamonde por 15 pesetas por tramo y de Viveiro a Lugo por 18 pesetas el tramo.
En 1909 José Barro consigue la concesión de la representación de la empresa Torrilhon De Dion-Bouton para Galicia, Asturias y León. Barro está dispuesto, a fabricar automóviles, algo que solo hacía en nuestro país La Hispano-Suiza, fábrica barcelonesa.
En 1910, la razón social del taller es Fábrica de Chavín y empieza el montaje de los De Dion-Bouton con las piezas que la fábrica envía desde Puteaux-Francia, pero no en su totalidad, ya que ciertas partes se producían en Chavín
En 1912 se abrió otro taller para carrozado, con carpintería, tapizaría y sala de pintura. En 1915, debido a problemas económicos, el 22 de marzo se hace pública la disolución de La Ferrocarrilana, apareciendo la empresa de la familia Freire El Porvenir y, más tarde, se fundaría la Empresa Ribadeo.
A principios de los años 30, mantiene además la representación de Delahaye y Brockway, y carroza chasis para Aclo, Leyland, Saurer, Mercedes y otras.
Con la llegada de la guerra europea, el taller de Chavín pasa a ser una fábrica para responder a los pedidos desde Francia. La fábrica se dota de nueva maquinaria, tornos, fresadoras, máquinas de talla automática. El taller de carrozarías no se limitaba a trabajar sobre los De Dion-Bouton y cualquier cliente con un chasis limpio era bien recibido. Don José logró la concesión del Concello de Ourol para construir una nueva central de 1250 kilovatios en Xerdiz.
Otro espectacular logro de Don José fue la concesión para crear terreno edificable con un relleno en la ría de Viveiro, diseñando y patentando una grúa para este trabajo.
En una fría noche de inverno del 14 de enero de 1943, una enfermedad se lleva a Don José Barro González en su casa de Chavín, a un mes de cumplir los setenta años. Todos los medios de comunicación pusieron de relevancia el ingente trabajo al que Don José consagró su vida y el enorme prestigio que alcanzara en toda España la Fábrica de Chavín.
En las tabernas próximas era normal ver a representantes de Seat y Enasa intentando fichar técnicos de Barro-Chavín S.A. para sus fábricas, hasta el propio Eduardo Barreiros visitó Chavín para comprar la fábrica, cosa que rechazó al no poder contar con la suministración eléctrica suficiente, pero ofreció a los empleados de la fábrica irse a Madrid con él.
En 1953 la empresa se escindió en otras tres, taller de carrozarías (Sucesores de José Barro), central eléctrica y taller mecánico (Barro-Chavín S.A.). La fábrica de carrozarías cerró en 1977, la central eléctrica fue vendida al producirse un accidente por la caída de un rayo y el taller mecánico cerró en 1981